martes, 4 de agosto de 2009

HAPPY-GO-LUCKY * * * 1/2

Happy-Go-Lucky se aleja del melodrama social característico de Mike Leigh, para inclinarse por una entretenida comedia sobre la felicidad.




Era difícil creerlo, pero es posible que exista mucho humor en una película del realizador británico Mike Leigh. Happy-Go-Lucky (2008), es una película diametralmente opuesta al fuerte melodrama social que ha definido la carrera de Leigh, como “All or Nothing” o “Vera Drake”. Es una película sobre la felicidad y el significado de ser feliz, incluso en un barrio humilde de Londres, donde vive Poppy, su protagonista, una chica que, por donde quiera que va, trata de contagiar un poco de su alegría.

A sus 30 años, Poppy es como una niña, bromea con todo y con todos. Su instructor de conducción (intepretado por Eddie Marsan, actor fetiche de Leigh), un serio y malhumorado tipo, no sabe qué hacer para que Poppy ponga atención. No es gratuito el hecho de que su trabajo sea de maestra en un jardín de niños, y se sienta como pez en el agua desempeñando su trabajo. Tampoco lo es el hecho de que los mejores momentos de la película sean las clases de conducción, en esos enfrentamientos de caracteres entre Poppy y el instructor. Leigh combina la amargura de un hombre por la pésima situación social y económica que vive y le rodea, con la inmadura, alegre y despreocupada personalidad de la chica. Hay una escena en donde el instructor, al ver pasar a un grupo de chicos negros cruzar la calle, le pide a Poppy subir rápido la ventanilla y asegurar la puerta. En medio, ambos tienen una “bomba” que no tardará en explotar. Son lo mejor en una película que, como siempre en el trabajo de Mike Leigh, depende de la fuerza de sus actores.

De lo que he podido ver de Mike Leigh, nada me ha desagradado hasta ahora, aunque siento que Happy-Go-Lucky es su película más relajada y, quizás, menos ambiciosa. Sally Hawkins, quien interpreta a Poppy, ya había trabajado antes como actriz secundaria en Vera Drake y All or Nothing, y debo aplaudir la decisión del realizador de darle su primer protagónico. En su papel de la chiflada Poppy, la Hawkins es todo un deleite, no nada más por su gran carisma en pantalla, sino por su gran naturalidad. Es una suerte de alegre feminista, a la que no le preocupan las presiones de su hermana por “sentar cabeza” y casarse. Lo importante para Poppy es lo feliz que es con su vida, y “disfrutar de su libertad”.

Dentro de esta visión optimista de la vida que representa Poppy, no dejan de haber apuntes sociales, infaltables en una película de Mike Leigh. Por ejemplo, la violencia intrafamiliar en el caso de uno de sus alumnos, tema que no alcanza a desarrollarse, ni tiene cabida en la historia. En ese sentido, es notoria la intención de Leigh por alejarse lo más posible del melodrama, y conseguir, por el contrario, una sencilla y graciosa comedia urbana.

++Terriblemente titulada en España "Happy, un cuento sobre la felicidad", la película se encuentra disponible en una edición austera y otra especial de 2 discos. Esta última contiene de extras: entrevistas, el "Cómo se hizo", algunos clips, ficha técnica, ficha artística, trailer y filmografías.

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