martes, 21 de febrero de 2012

FLIKAN SOM LEKTE MED ELDEN * * * 1/2

Noomi Rapace.

La historias de Lisbeth Salander y Mikael Blomkvist continúan en Millenium 2: The Girl Who Played with Fire (Flikan som lekte med elden, 2009), secuela de “The Girl With the Dragon Tatoo” (2009). No me pareció tan buena como la primer película, ahora dirigida por Daniel Alfredson (hermano de Tomas Alfredson, director de la genial “Let the Right One In” y “Tinker Tailor Soldier Spy”), pero resulta pasable como un entretenido thriller de suspenso, con casi el mismo toque psicológico que caracterizó a su predecesora. La razón por la que quizás no sea tan buena, es que ahora Lisbeth y Mikael, quienes formaron un atractivo equipo antes, se encuentran separados durante más del 90 por ciento de la película. Lisbeth (Noomi Rapace) vive escondida, disfrutando su millonaria suma de dinero y propiedades. Tal vez por aburrimiento, por soledad, o porque sus heridas siguen muy abiertas, Lisbeth decide regresar a Estocolmo para ver en qué anda el guardián que la violó y darle un buen susto en su apartamento. Sin embargo, comete el gran error de hacerlo con el arma del sujeto, dejando sus huellas en la misma.
Mientras, Mikael (Michael Nyqvist, sin perder esa imperturbable inexpresividad que lo caracteriza) acaba involucrado en una nueva investigación. Te hace pensar por qué en lugar de ser periodista no es detective privado. Una red de prostitución y tráfico de drogas se encuentra operando en Estocolmo, la cual se encontraba investigando para “Millennium” un joven periodista independiente. Cuando éste y el guardia de Lisbeth sean  asesinados, Mikael decidirá continuar la investigación, ya que la chica del dragón tatuado ha sido culpada de los crímenes, cometidos con el arma de su guardián. Por si fuera poco,  un mastodóntico y cavernario tipo de cabello oxigenado, que no siente dolor físico, se encuentra buscándola, por razones que, en un sorpresivo y revelador giro, serán dichas a Lisbeth mucho más adelante.
Buena parte de la historia, basada en la segunda novela escrita por Stieg Larsson, sirve para llenar “huecos” sobre los personajes que dejó la primer película, para darnos más información sobre el pasado de Lisbeth, su traumática vida familiar y las razones de fondo que la llevaron a quemar a su padre. La chica sigue siendo una hacker, pero en esta  película tiene más escenas que la revelan como una peleadora de gran fortaleza, que sabe  defenderse bien y que tiene todo el potencial para ser una “vigilante”. Hay una escena en donde emula el look de Brandon Lee en “The Crow”, para darle un escarmiento a uno de los tipos que contrató a una de las jóvenes prostitutas (quienes vienen de Europa Oriental, claro) y sacarle información. En resumen, tenemos más acción, más peleas, algo de kick boxing, más escenas eróticas algo subidas de tono y más violencia gráfica, que el ritmo   mesurado de la pasada película. Muy entretenida, pero su punto flojo es la decisión de separar a las dos estrellas.

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